Encuentro en la estación ferroviaria de Hendaya de Adolf Hitler y Francisco Franco, el 23 de octubre de 1940. |
El catedrático de Relaciones Internacionales, Rafael Calduch hace aquí un análisis sobre el contenido de la entrevista de Hendaya. En él se refiere finalmente a las conclusiones extraídas por otro experto en Relaciones Internacionales, Antonio Marquina:
Con vistas a concretar las
condiciones y el momento de la participación militar española se celebra el día
23 de Octubre de 1940 la célebre entrevista de Hendaya entre Hitler y Franco.
Hoy conocemos con suficiente precisión el contenido de la reunión entre ambos
dirigentes para saber que, tanto en el tono como en sus demandas, Franco estuvo
muy lejos de mostrar la actitud de un líder capaz de enfrentarse abiertamente
con Hitler por defender la paz en su país. Imagen proyectada por la historiografía
oficial del régimen y que contribuyó a alimentar el culto a la personalidad del
dictador y, de paso, lavar la imagen de otros personajes abiertamente
defensores del nazismo, como fue el caso de Serrano Súñer.
En la entrevista, Hitler preguntó
a Franco sobre las condiciones en las que entraría en guerra. El dictador
español centró su respuesta en dos tipos de demandas: la aportación de los
productos alimenticios y materias primas necesarios para el abastecimiento de
la economía española, incluido el material bélico imprescindible para dotar de
capacidad operativa al Ejército, y las compensaciones territoriales en el Norte
de África, particularmente en la parte francesa del Protectorado de Marruecos.
Por parte alemana, Hitler se negó
a reconocer explícitamente las demandas territoriales españolas que afectaban
directamente las aspiraciones del Gobierno francés de Petain y de los
italianos. Paralelamente el dictador alemán sondeó las posibilidades del
establecimiento de bases navales en las costas próximas al Estrecho y la
colaboración española para la ocupación de la base de Gibraltar.
Las presiones alemanas condujeron
a la firma, al día siguiente, de un Protocolo por el que España se adhería al
Pacto de Acero y pasaba a formar parte del Eje, declarando su intención de
entrar en guerra contra el Reino Unido, aunque la especificación del momento
quedaba sin determinar explícitamente y se posponía a una decisión posterior.
Como lo ha expresado certeramente Marquina:
"Las
implicaciones fueron de extraordinaria gravedad. España perdió la neutralidad a
cambio de un futurible, pero no había un compromiso militar efectivo y
determinado. Esta pérdida de la neutralidad tendrá sus manifestaciones
más patentes en la libertad de actuación de la Gestapo en España,
perdurando sus actividades hasta el final de la guerra; conexiones y dependencia en
los servicios de información; cesión de instalaciones muy importantes para
el desarrollo del esfuerzo guerrero del Eje, en especial de los submarinos;
conexiones entre los Estados Mayores y la firma de acuerdoseconómicos que
implicaron una mayor penuria para el hambriento pueblo español.
El reajuste de
las relaciones con Italia y Alemania, y la pérdida de la neutralidad se consumaba sin ninguna
contrapartida real."
Calduch,
R.: Dinámica de la Sociedad Internacional.
Cap. 2: La política exterior española (I): Las relaciones exteriores durante el Franquismo.
Edit. Ceura. Madrid. 1993
Cap. 2: La política exterior española (I): Las relaciones exteriores durante el Franquismo.
Edit. Ceura. Madrid. 1993
No hay comentarios:
Publicar un comentario