Conjunto escultórico "El abrazo" de Juan Genovés, ubicado junto al portal nº55 de la calle Atocha
A la última semana del mes de enero de 1977 se la conoce como la "semana trágica de la Transición". Dos jóvenes estudiantes murieron en sendas manifestaciones, uno de ellos víctima de un ultraderechista; la organización terrorista Grapo secuestró al teniente general y Presidente del Consejo Superior de Justicia militar Emilio Villaescusa, y asesinó a dos policías y un guardia civil. Y siendo éstos unos sucesos tan graves, hubo otro que destacó todavía más, la matanza realizada por unos ultraderechistas contra unos abogados en su despacho laboralista relacionado con el Partido Comunista, ubicado en el 3º izquierda del portal número 55 de la madrileña calle Atocha.
Eran las once menos cuarto del lunes 24 de enero, cuando en ese despacho de abogados se había estado discutiendo si se mantenía una huelga en el transporte privado de Madrid. Acabada esta reunión, unos hombres entraron en el despacho, encañonaron con varias armas de fuego a los abogados allí presentes, y les dispararon indiscriminadamente hasta vaciar sus cargadores, causando la muerte inmediata a Luis Javier Benavides, Enrique Valdelvira y Ángel Rodríguez mientras que Serafín Holgado y Francisco Javier Sauquillo fallecieron unas horas más tarde. Resultaron heridos de consideración Miguel Sarabia, María Dolores González, Luis Ramos y Alejandro Ruiz.
Los autores de esta matanza, algunos de ellos juzgados y condenados en marzo de 1980, tenían vinculaciones con el Sindicato Vertical del Transporte y con el partido ultraderechista Fuerza Nueva, siendo incluso uno de ellos sobrino de una secretaria del líder de esta formación, Blas Piñar. Según esta sentencia, se consideró a José Fernández Cerrá y a Carlos García Juliá como ejecutores de la matanza por lo que fueron condenados a 193 años de cárcel cada uno, mientras que Francisco Albadalejo fue condenado a 73 años de prisión como inductor y encubridor del crimen (José Fernández Cerrá y Carlos García Juliá, condenados a 193 años de cárcel cada uno como ejecutores de la matanza de Atocha, El País, 5 de marzo de 1980). Curiosamente, ninguno llegó a cumplir su condena íntegra, Albadalejo vio reducida su condena (El Supremo reduce la condena a Albadalejo por la matanza de Atocha, El País, 2 de enero de 1981) y se produjeron extrañas huidas al extranjero de más de uno (¿Qué fue de los asesinos de Atocha?, El Mundo-Crónica, 20 de enero de 2002). También ha quedado en el aire la posible participación de algún ultraderechista italiano (Un neofascista italiano disparó contra los abogados de la calle de Atocha, según un arrepentido, El País, 25 de marzo de 1984). En cuanto a los que ordenaron esta matanza, un ultra italiano aseguró que la policía española estaba implicada (Stefano delle Chiaie: "La matanza de la calle de Atocha fue instigada por sectores de la policía", El País, 5 de julio de 1987), mientras que uno de los abogados de la acusación, Jaime Sartorius, afirmó que "las investigaciones apuntaban hacia los servicios secretos" (¿Qué fue de los asesinos de Atocha?, El Mundo-Crónica, 20 de enero de 2002).
Además del balance de las víctimas, esta matanza destacó sobre todos los acontecimientos de la "Semana trágica de la Transición" por sus consecuencias. Dos días después del atentado, se produce un multitudinario traslado de los féretros por las calles de Madrid, en lo que fue toda una demostración de duelo y de poder democrático del Partido Comunista de España, por la falta de incidentes. Este hecho acabó provocando, sólo dos meses más tarde, que el Gobierno de Adolfo Suárez decidiera legalizar al PCE para las elecciones programadas para el 15 de junio de 1977, las primeras de la democracia post-franquista (Entrada "Legalización del PCE).
Además del balance de las víctimas, esta matanza destacó sobre todos los acontecimientos de la "Semana trágica de la Transición" por sus consecuencias. Dos días después del atentado, se produce un multitudinario traslado de los féretros por las calles de Madrid, en lo que fue toda una demostración de duelo y de poder democrático del Partido Comunista de España, por la falta de incidentes. Este hecho acabó provocando, sólo dos meses más tarde, que el Gobierno de Adolfo Suárez decidiera legalizar al PCE para las elecciones programadas para el 15 de junio de 1977, las primeras de la democracia post-franquista (Entrada "Legalización del PCE).
Escena de la matanza de Atocha, incluida en la película "Siete días de enero" de Juan Antonio Bardem
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